29 de abril de 2009

Livingston

Mis primeros recuerdos infantiles se remontan a vaporosas imágenes y sensaciones, terrestres y acuáticas, en Livingston, Guatemala. Pueblo de pescadores mestizos, africanos y americanos, en la bahía de Amatique. Lugar de exhuberancia tropical, donde imperaba la vida salvaje, y que se mezcla en mi memoria con la figura de un padrastro cruel y autoritario. Conservo de ese tiempo, el recuerdo de mis primeras aproximaciones a la libertad y el inicio de mi afición de siempre por el café con leche y el pan dulce.

Aquel paisaje caribeño aparece aún en mis sueños y en mi pintura. Vivíamos en una rústica choza de madera sostenida por cuatro pilotes sobre el mar. Desde una ventana, miraba —según tocara la marea— un piso de agua o de tierra y una extraordinaria diversidad de bichos: cangrejos, peces, sapos, víboras, insectos (sobre todo unas enormes cucarachas) y ratones. Frente a la puerta de entrada, se extendía un resbaladizo muelle de tablones con una casucha en la punta, donde dentro colgaba como columpio una gastada letrina. Ahí sentado, disfruté observando como los peces devoraban mis despojos que caían directamente al mar. Al lado de la casa, jugaba a las escondidillas y a escalar por la estructura de un enorme y laberíntico buque en construcción, que bien parecía un esqueleto descuartizado de dinosaurio. En Livingston crecí a la buena de Dios, pero no desamparado. Recuerdo que éramos muy pobres, pero no de la misma manera que los habitantes del lugar, pues siempre tuvimos la invaluable oportunidad de poder emigrar.

En la fotografía, Nuria Boldó, mi madre. Livingston, Guatemala alrededor de de 1954.

4 comentarios:

  1. ...

    ¡Vaya!

    Me gusta tu estilo narrativo. Quiero saber más de esa aventura en Livingston.

    Saludos.

    Mafalda

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  2. Algunos recuerdos de la infancia nos acompañan por el resto de nuestra vida...a veces por suerte y otras desgraciadamente...

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  3. Veig que ets un perpetu exiliat, tens raó quan te n'adones de la diferència respecte a aquells amb qui convius. Aquí, a les restes del nostre país, no es parla d'aquells que van haver de marxar si no és de forma anecdòtica. Un crim més al damunt de tants altres crims, una pèrdua més per als que ens hem quedat ... En el fons, però, no deixa de ser una apreciació comuna a tants humans: no saber ben bé d'on ets, a on pertanys ...

    Gràcies per passar-te pel meu bloc :)

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  4. Conozco Livingston. Supongo que el color debe formar parte de tu obra. Te impactó el trópico de la misma manera que a Gauguin? vaya, vaya. Qué sorpresa saber que estuviste en mi país de niño. Saludos.

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