15 de enero de 2012

Desmemoriado

 

Hasta qué punto puedo seguir llamándole memoria a esta débil y discretísima percepción de huellas, imágenes, nostalgias y sensaciones que yo tengo. Tengo una pésima memoria, y —aunque poseo cierto dominio del lenguaje, y con ello posibilidades de elaborar relatos— me cuesta demasiado registrar mi pasado. Soy, lo reconozco, un desmemoriado incapaz de repasar mis experiencias, y por lo tanto, de comprender mejor mi propia historia.

6 de enero de 2012

En blanco



 Olvidar es quedar con nuestra memoria en blanco, y por eso —de lo olvidado— no sé que decir.