Crecí sin tener una clara idea de pertenencia a un lugar, y así he vivido: con una rara y permanente sensación de extranjería. Nadie escoge donde nacer. Nuestra identidad depende —claro está— de nuestras raíces, pero también de nuestras circunstancias. Nunca me he sentido ni americano, ni europeo, ni nada en particular. Tampoco estoy a favor o en contra de nadie; me siento tan orgulloso de mi herencia española como de mi cultura mexicana, y no creo que tenga que escoger entre una u otra ¿Cual es la necesidad de elegir? Se puede —perfectamente— pertenecer a ambos mundos a la vez.
1 de abril de 2011
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Tu identidad es una mezcla de dos culturas y naveguas libremente sin banderas ni nacionalismos, la identidad a fin de cuentas es uno mismo, no necesitamos pertenecer, sólo tenemos que "ser".
ResponderEliminarBesos barbón
Mi caso es muy similar; coincidimos ampliamente en puntos de vista. Aunque el ser aceptado y pertenecer a ambos mundos implica al tiempo no pertenecer del todo a ninguno, permanecer siempre un poco apátrida... A veces es dificil la vivencia sentimental del bilingüismo. Especialmente cuando se efectúan viajes de ida y vuelta de un mundo al otro después de muchos años... En uno siempre te falta el otro, y viceversa. No hay solución posible.
ResponderEliminarSeu blog é lindo!! :D
ResponderEliminarHola, Jordi, estoy visitando espacios que aparecen en la lista de seguidores de otros blogs amigos. Éste me pareció muy bueno, voy a quedarme por aquí como seguidor, si me permites.
ResponderEliminarSi tienes ganas (sólo si tienes ganas), te invito a pasar por el mío.
Un saludo desde Argentina.
Humberto.
www.humbertodib.blogspot.com
Oi lindo fazendo um tour ,Passei por aqui ;)
ResponderEliminarÓtimo findi !
Beijos Meus !
Nadie escoge nacer, directamente...
ResponderEliminarme recuerda a BUmbury y su canción "el extranjero"
ResponderEliminarUna barca en el puerto me espera
No sé dónde me ha de llevar
No ando buscando grandeza
Sólo ésta tristeza deseo curar
Me marcho y no pienso en la vuelta
Tampoco me apena lo que dejo atrás
Sólo sé que lo que me queda
En un solo bolsillo lo puedo llevar
Me siento en casa américa
En antigua quisiera morir
Parecido me ocurre con áfrica
Asilah, essauira y el riff
Pero allá dónde voy
Me llaman el extranjero
Dónde quiera que estoy
El extranjero me siento
También, extraño en mi tierra
Aunque la quiera de verdad
Pero mi corazón me aconseja
Los nacionalismos, ¡qué miedo me dan!
Ni patria, ni bandera
Ni raza, ni condición
Ni límites, ni fronteras
Extranjero soy
Porque allá dónde voy
Me llaman el extranjero
Dónde quiera que estoy
El extranjero me siento
Porque allá dónde voy
Me llaman el extranjero
Dónde quiera que estoy
El extranjero me siento
El extranjero
ResponderEliminar-¿A quién quieres más, hombre enigmático, dime, a tu padre, a tu madre,
a tu hermana o a tu hermano?
-Ni padre, ni madre, ni hermana, ni hermano tengo.
-¿A tus amigos?
-Empleáis una palabra cuyo sentido, hasta hoy, no he llegado a conocer.
-¿A tu patria?
-Ignoro en qué latitud está situada.
-¿A la belleza?
-Bien la querría, ya que es diosa e inmortal.
-¿Al oro?
-Lo aborrezco lo mismo que aborrecéis vosotros a Dios.
-Pues ¿a quién quieres, extraordinario extranjero?
-Quiero a las nubes..., a las nubes que pasan... por allá.... ¡a las nubes
maravillosas!
Charles Baudelaire