25 de enero de 2009

La pluma de mi abuelo

Poco antes de morir, mi abuelo me regaló su pluma estilográfica. La guardo sobre mi mesa de trabajo, repleta, por cierto, de fetiches y demás objetos en desuso. Está dentro de un tarro, entre lápices y pinceles. Como no la uso, se le seca siempre el depósito de tinta y la plumilla.

Igual que en otras ocasiones, y después de posponerlo varias veces, me animé a desarmarla para sumergir sus piezas en una solución de agua y vinagre. Esperé una semana a que ablandara la tinta, y ayer, por fin, terminé con un trapo de algodón y papel absorbente la tarea de limpieza. Volví a armarla y la cargué con tinta azul marino, el mismo color que le gustaba usar a mi abuelo.

Al principio, supuse que estaría inservible y que habría perdido cualquier posibilidad de funcionar. Aunque pensé, que quizá no, y que si volvía a servir, comenzaría a escribir con ella habitualmente, no sólo para que cumpliera su función, sino —y sobre todo— para conservar más viva la memoria de mi abuelo. Creo que el destino de las plumas es escribir, como el de los abuelos contar historias. Y creo, también, que ningún duelo logra resolverse del todo, y que por eso necesitamos inventar historias y rituales.

El caso es que la pluma sirvió, y entonces, sucedió algo insólito. Cuando empecé a escribir con ella, noté que no era mi mano la que veía, sino la de mi abuelo, que —como yo— era diestro. Atónito, presencié la aparición y me quedé observando aquélla mano hasta que terminó de escribir, sin detenerse, esta historia que ahora lees.

Era mi abuelo, sin duda. La misma piel, las mismas manchas; jamás olvidaría sus manos.

3 comentarios:

  1. fantástica historia escrita con la pluma, la mano de tu abuelo y seguramente el alma. Muchas felicitaciones por el éxito con la pluma. Un saludo!

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  2. Te falta completar un dato mágico con la "estilográfica" del abuelo: prueba escribir con ella la fecha del día, "domimgo 25 de enero de 2009", por ejemplo. Si la pluma accede, volverá tu mano y habrás roto el hechizo de la muerte.
    Abrazos
    REL

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  3. Me atrapó, es un relato encantador, un abrazo.

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