17 de marzo de 2012

Despistado

 Siempre he sido un despistado, o quizá, no lo sé, un desmemoriado. Y si no, vean lo que escribí hace más de treinta años en un cuaderno de viaje: “Tomando un café en el aeropuerto mientras espero el avión a Managua, saludo a un hombre que no logro recordar de donde le conozco. Al poco rato, me doy cuenta que era el mesero que me estaba sirviendo.” 
San Pedro Sula, Honduras, enero de 1979