Añorar la felicidad de la infancia es la forma más común de idealizar nuestro pasado y de asumir la nostalgia por un paraíso que, quizá, nunca existió.
En la fotografía, mi hermano Ramiro y yo. Guatemala, alrededor de 1956.
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...sin dudas que nunca existió, al menos no del modo en que lo recordamos y reinventamos cada vez que miramos hacia atrás...
ResponderEliminarpreciosa foto,
abrazo!
Es hermoso reinventarlo, porque un punto de realidad siempre hay.
ResponderEliminarY tu mismo afirmas que el olvido es devastador.
.....aunque lo deformemos ...pasó !!!! y quiza para nuestra salud mental es mejor idealizar
ResponderEliminarlos momentos buenos. Y cuando lleguenrecuerdos negativos con mentalidad de adulto....detenernos poco...ahi si que no sabemos ....como lo vivimos ... por eso solo procuramos recordar las cosas buenas....nuestro pasado es parte de nuestra vida...y futuro. Un saludo carioso Begoña
Quizás nunca existió, porque la niñez no entiende de paraísos y otras cosas...; nos las inventamos cuando somos mayores. De ahí, nuestros queridos fantasmas a cierta edad.
ResponderEliminarBesos.
la felicidad es un estado mental maravilloso, breve ... tan efímero
ResponderEliminarcomo lo son los estado mentales conflictivos a los que no dejamos ir con tanta facilidad ... un saludo ireri