19 de enero de 2009

Boda

Una fotografía atrapa de alguna forma lo perdido. Siempre hay un cierto interés enfermizo, implícito en lo estático, en el tiempo detenido.

En la foto —entre unos desconocidos— aparecen mis abuelos, Joan y "Charito", las hermanas de mi abuela, Josefina, Amparo (la novia), el tio "Pepe" (el novio), y mi tía "Chata" al lado de mi madre, que es la más pequeña.

4 comentarios:

  1. ...Y ahí están, sin sospechar siquiera.
    ¿Quién nos mirará hoy desde el futuro, Jordi?
    Abrazos desde lejos
    REL

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  2. Un blog con encanto personal, me gusta. me llevo tu link, así vuelvo. Un saludo, josef

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  3. Siguiendo con el pensamiento de Roberto yo me pregunto más drásticamente ¿alguien nos mirará hoy desde el futuro o quedaremos estáticos para siempre en una fotografía digital?
    Muy buena idea la de mostrar una foto tan bella donde podemos atrapar el pasado y hacerlo nuestro.
    Un abrazo.

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  4. Roland Barthes, en su libro "La cámara lúcida: Nota sobre la fotografía"de 1980 (lectura imprescindible para amantes de la fotografía) habla del "Puctum" en la fotografía. No se trata de otra cosa sino que de eso que hace que una fotografía sea especial y por alguna razón distinta al resto.

    Según esta premisa, en esta fotografía el Puctum serían las pamelas blancas ( y en cierta medida los trajes) que, además de encantarme, hacen que la vista recorra la fotografía yendo de una a otra, con lo que podemos ver de fondo los rostros y las caras que nos miran desde un segundo plano subjetivo.

    Excelente su blog (el resto de su obra ya la conocía).

    Un saludo,
    Adán.

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